El último mortal
¿Qué puede ser peor que tener una vida jodida y sin futuro?, tal vez ver morir a tú mejor amigo el mismo día que descubres que eres inmortal pero solo para darte cuenta que esta "bendición" solo traerá más problemas.
El último mortal es la clara definición del Noir o novela negra la cual
hace un retrato de una sociedad violenta, cínica y corrupta donde se pone en constante
peligro la vida del protagonista y de otros personajes todo ello ambientando en
un escenario fatalista.
Con esta esta premisa inicia la historia de Alec King un don nadie que
vive en las calles de Philadelfia con una vida jodida que vive de realizar
robos de poca monta y que va a peor cuando se ve envuelto en una serie de
asesinatos para cubrir una deuda con alguien que posee el poder para decidir el
futuro de millones de personas. Este personaje creado por Jhon Mahoney y Filip
Sablik representa con claridad el género Noir al darnos un personaje roto desde
el principio al que vamos viendo como una serie de malas decisiones lo llevan a
su autodestrucción.
De entrada, el lector no descubre nada nuevo ya que la misma tapa del
libro nos indica que el personaje principal no puede morir, pero lo que
realmente engancha es ver cuáles fueron las situaciones que pusieron a Alec
King en ese punto de su vida (sí es que a eso se le puede llamar vida).
Por otro lado, tenemos el lápiz de Thomas Nachlik quien, con unos trazos
limpios, pero con un manejo de la tinta y muchos contrastes de negro es el
complemento perfecto para este tipo de relatos. Durante las 103 páginas que
componen la obra veremos una composición de viñetas que salen del arquetipo
tradicional del cómic donde no hay escenas impresionantes de acción, es más
muchas de ellas son conversaciones entre los protagonistas pero muy bien
llevadas gracias a los diferentes planos y ángulos para enfatizar cada palabra;
pero volviendo al trazo de Nachlik, como anécdota el dibujante coloca en el
epilogo del libro como la detección de TDH (Trastorno por déficit de atención
con Hiperactividad) influencio a nivel artístico y personal el desarrollo de la
obra y esto se puede evidenciar en el cambio de estilo y técnica de algunas de
sus viñetas sobre todo en los Flash Backs donde vemos unos trazos inconclusos,
hechos a la carrera en el que se desdibuja al personaje pero que le sientan de
maravilla, personalmente creo que este tipo de cosas añaden valor y le dan una
personalidad única al relato.
El último mortal es una de esas novelas cortas que no pretende ser
grandiosa ni pretenciosa, pero atrapan desde sus primeras páginas, donde su
personaje no intenta ser un adalid de la moralidad, sino por el contrario nos
restriega en la cara viñeta tras viñeta todo lo malo que hay en el mundo.
Alvaro Lengua - @HablemosinHype



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