Reseña: Calvin y Hobbes, infancia en viñetas
Al intentar escribir
sobre una tira cómica tan compleja como lo es Calvin y Hobbes se me vienen a la
cabeza muchas de las situaciones y risas vistas en las viñetas escritas y dibujadas por Bill
Watterson; además mi relación con esta tira cómica es mucho más personal de lo que yo hubiera
imaginado ya que fue la primera que llego a mis manos cuando mi padre quien
también es un fanático de las "comiquitas" poco a poco y sin que me
diera cuenta me empezó a introducir este mundo.
Calvin y Hobbes es de
esas historias sencillas pero que hay que leer entre líneas para lograr
entender cada una de las situaciones. En primer lugar tenemos a Calvin un niño
de seis o siete años de edad con el que tal vez muchos nos identificamos, y
aunque cuando la leí tenía ocho o nueve años de edad y no entendía muchos de
sus chistes me divertía por horas leyendo sus aventuras como el capitán Spiff o
sus altercados con Susie y por qué no, la lucha de poderes entre el sistema
educativo representado por la Srta Carcoma.
Pero uno de los aspectos más
emotivos que tiene esta caricatura es la relación que tiene Calvin con sus
padres, que se comportan como cualquier pareja con hijos pequeños: discuten, se
molestan, reniegan sobre sus trabajos pero aun así tienen un amor infinito
hacia su hijo (aunque muchas veces quieran ahorcarlo).
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Ser padre es querer estrangular y abrazar a tu hijo a la vez |
Por otro lado, está la
otra parte de la dupla, Hobbes. Un tigre de peluche que a los ojos de Calvin está
vivo y muchas veces más que un amigo incondicional es la voz de la razón y un
consejero (no muy sabio en algunas ocasiones), pero que la mayoría de las veces
logra que Calvin vea el mundo desde una óptica más objetiva. Aunque si lo vemos
de otro modo, es el mismo Calvin quien se responde muchas preguntas por medio
de Hobbes pero de este modo es mucho más divertido encarar la realidad.
Calvin y Hobbes
representa esa imaginación desbordada que muchas veces pelea con la realidad,
pero que siempre funciona como válvula de escape porque a veces olvidamos porque ya no somos Calvin,
ahora somos como el padre y la madre de él, pero a veces es bueno regresar a
ese mundo donde el Capitan Spiff debe enfrentarse con los monstruos de gelatina
o donde la tarea cobra vida y nos ataca porque en nuestra mente es algo
horrible.
Pero también donde nos llenamos con tazones de helados, la navidad es
esa fecha donde los regalos tienen un significado más profundo (aunque sea de manera sarcástica) y nuestros
padres aún están ahí para consolarnos cuando nos raspamos las rodillas.
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